1. Cortar la parte baja del tallo, pues es donde mas tierra acumulan.
2. Con un buen cuchillo pelarlos, quitando la primera capa delgada que los cubre.
3. Si ha quedado algún resto de tierra, ayúdate con un papel absorbente para retirar cualquier resto de suciedad.
4. Una vez estén limpios, ya puedes cortarlos en láminas, picarlos o como prefieras utilizarlos. Para conservarlos: Guardar en refrigerador en bolsa de papel (no plástico). Así podemos conseguir que duren muchos más días.