1. Agua y papa cocida: El primer método que te queremos compartir es utilizar papa cocida. Para eso coloca las hojas de lechuga en un recipiente con agua de la llave junto con papas cocidas cortadas por la mitad. Llevar el recipiente al refrigerador por 2 horas. Pasado el tiempo retira las hojas de lechuga del recipiente y verás como vuelven a estar fresca y tiernas.
2. Agua con limón: Otra opción es llevar las hojas de lechuga a un recipiente con agua fría y agregar un poco de jugo de un limón (o vinagre) y dejar reposar por 1 hora. Luego solo tienes que escurrir las hojas y ya estarán listas para consumir.
3. Agua con hielo: El tercer truco que te queremos compartir es hacer exactamente lo mismo que el anterior, pero esta vez sumergir la lechuga en un recipiente con agua y hielo durante 30 minutos. Luego solo tienes que escurrir las hojas y listo!